Hacerse una rinoplastia es un procedimiento común, hoy en día retocarse el aspecto de la nariz es el objetivo de diversas personas. Para ello, los cirujanos estéticos han avalado diversos sistemas personalizados, con el fin de garantizar mejoras físicas sin poner en riesgo la salud de los pacientes.
Pero lo que muchos no saben es que gran parte del éxito recae en el mismo paciente, quien deberá exponer con exactitud su historial médico para ayudar al experto a predecir posibles complicaciones.
Algunas preguntas importantes a realizar podrían ser las siguientes, aunque todo dependerá de la situación de cada interesado.
Tal vez parezca algo obvio, pero no es lo mismo ser médico cirujano a ser cirujano plástico, parece lo mismo, pero hay varios años de estudios en la diferencia.
Por otra parte, existe la especialización, donde el profesional deberá hacer prácticas relacionadas con la reconstrucción y mejora estética de la nariz.
La experiencia es relevante, porque las prácticas determinan el éxito de cualquier cirujano, siempre que estas hayan sido supervisadas clínicamente.
Lo ideal es que el médico tenga unas cuantas intervenciones en el currículo para poder mostrar, y además hablar de ellas con propiedad, si es necesario.
No hay que temer hacer preguntas técnicas sobre los procedimientos que se llevarán a cabo. Después de todo, cada caso es muy específico y merece ser tratado según sean sus singularidades.
Por lo tanto, una de las primeras cosas que debe hacerse es pedir al médico explicar lo que hará y por qué lo hará.
Quizás sea una de las preguntas más frecuentes en las consultas, porque la mayoría de las personas que desean la rinoplastia cuidan mucho de su apariencia.
Solo un especialista podrá predecir exactamente la seriedad de las cicatrices, tejido e inflamación que habrá, porque dependerá del procedimiento que él mismo llevará a cabo.
Es buena idea preguntar si el médico realiza correcciones de cirugías mal hechas, no todos se prestan a brindar estos servicios. Por lo tanto, es apropiado dejar clara la intención de la consulta para no perder el tiempo.
Si se tiene alguna complicación se pueden hacer mejoras, pero antes de hacer el primer intento hay que procurar contar con esta opción primero.
Todo dependerá del caso personal, la técnica que se haya usado y también de la posición que tenga el médico.
Cualquier médico respetable dirá que toda intervención genera riesgos, y que el paciente debe asumirlos responsablemente.
Sin embargo, cuando se tiene un caso especial, es el doctor el que deberá alertar sí podrían suscitarse emergencias.
El mayor miedo que se tiene durante la rinoplastia recae en la anestesia, pues un procedimiento estándar requiere anestesia general.
Si no se desea esta opción, entonces hay que consultar con el médico otras alternativas.
No basta con recibir la certificación de prácticas por parte del cirujano, si se desean ver fotos, video testimonios, etc., es válido pedirlos para obtener seguridad.
Tal vez con esos expedientes sea factible hacerse una idea cercana sobre el resultado final.