La blefaroplastia es el término técnico que denomina a una intervención quirúrgica realizada a nivel de los párpados. Se trata de un procedimiento que busca eliminar la grasa, el exceso de piel y músculo debilitado alojado en esta zona del rostro y que produce un efecto de caída de los mismos, ya sean párpados superiores o inferiores.
¿Es ideal para todo los que desean acabar con la mirada cansada, vidriosa y tienen visión borrosa? Si bien se puede realizar una blefaroplastia de manera aislada o junto a otras cirugías estéticas de la cara, no todas las personas son candidatas a entrar al quirófano de un cirujano plástico. Acá, te decimos por qué.
Todos buscamos mejorar en todo, incluso en lo que respecta a nuestra apariencia. El rostro es nuestra mejor carta de presentación ante el mundo, dice más de nosotros que cualquier otra cosa.
Sin embargo, es bueno recordar que, la perfección al 100% es una utopía, sencillamente, no existe. Por lo tanto, un buen candidato para someterse a esta cirugía llamada blefaroplastia es aquel, o aquella, que no se engaña y posee muy claro su Norte.
Entonces, si tienes claros los objetivos, tu estado de salud es óptimo y tu estabilidad psíquica buena, puedes realizarte una blefaroplastia sin mayores problemas. La mayoría de los pacientes quienes deciden realizarse este procedimiento rejuvenecedor pertenecen a una comunidad etaria que va desde los 40 años en adelante, primer momento en el cual ya no se siente uno tan joven.
La blefaroplastia ayuda a mejorar la “portada” de la persona, por decirlo de algún modo, pero, lo mejor es que renueva la autoconfianza y seguridad en uno mismo. Sin embargo, es necesario acudir con un buen especialista en cirugía estética, ya que, se trata de un procedimiento bastante delicado. Antes de decidirte, piensa bien en lo que quieres realmente y discútelo con tu cirujano plástico.
Además de la buena salud física y mental que se debe tener antes de realizarse una blefaroplastia para corregir la caída de los párpados y de las cejas, es preciso decir que existen algunas condiciones médicas básicas que pueden ser más o menos riesgosas para los pacientes.
Si padeces de presión arterial alta, alguna dificultad de tipo cardiovascular, eres diabético o sufres de alguna enfermedad oftalmológica como el glaucoma o desprendimiento de retina, por ejemplo, debes estar alerta. En determinados casos, puede ser necesaria e importante una revisión oftalmológica previa a la intervención.
La comunicación asertiva y directa con el médico tratante es esencial. En esa primera consulta el cirujano deberá hacer una evaluación total de la capacidad visual del paciente y este, en contraprestación, deberá informar a su médico tratante si toma medicinas y cuáles son, si consume tabaco o si es alérgico a algún medicamento en específico.
Adicionalmente, debe decir si utiliza gafas o lentes correctivos. Posteriormente, el especialista explicará las técnicas a desarrollar y el tipo de anestesia a emplear en la cirugía, el sitio donde se realizará la misma, los posibles riesgos y el importe por gastos de la intervención, ya que cada paciente es diferente.
Estos encuentros previos con el cirujano plástico son esenciales para despejar todas las dudas que aún tengas, sobre todo aquellas relacionadas con tus expectativas, los resultados, qué tan apto eres para realizarte una blefaroplastia y si el especialista con su conocimiento y trayectoria te inspira toda la confianza.