La rinoplastia es una cirugía realizada con anestesia local en la que se modifica la forma de la nariz, muchas veces para tratar problemas respiratorios. Algunos pequeños cambios en su estructura, casi siempre milimétricos, pueden ser la gran diferencia en su futura apariencia.
Este tipo de cirugía nasal resuelve problemas estéticos y funcionales, ya sean congénitos o traumáticos. Se trata de una de las operaciones estéticas más solicitadas en el mundo, y son muchos los centros que disponen de la más alta tecnología para eliminar posibles desvíos del tabique, logrando resultados satisfactorios para médico y paciente.
La operación tiene una duración promedio de 2 horas que no requiere de hospitalización, y cuyo postoperatorio es bastante sencillo de seguir.
No obstante, la cirugía meramente estética no corrige por sí sola la función respiratoria que pueda encontrarse afectada. De hecho, es pertinente una evaluación adecuada que determine el tipo de correctivo que requiera la afección.
Existe la septoplastia, un tipo de procedimiento que corrige el tabique central con el cual se tratan los cornetes, que son las estructuras encargadas de calentar, filtrar y humedecer el aire que se respira.
Muchas personas con problemas respiratorios como la apnea obstructiva del sueño, entre otros, optan por someterse a una rinoplastia. A veces resulta difícil tomar la decisión, por el temor a los riesgos de un procedimiento quirúrgico. Sin embargo, los beneficios son incontables.
No solo desde el punto de vista estético. Existen este tipo de trastornos respiratorios antes mencionados, que son generados por la mala posición de las fosas nasales.
Los resultados de una rinoplastia suelen ser muy positivos para este tipo de pacientes, ya que brindan a la persona un mejor y mayor nivel de salud, así como calidad de vida.
La nariz es el órgano encargado del olfato y la entrada principal al sistema respiratorio. Por lo tanto, si existe una deformidad en su estructura, puede resultar muy molesta para el día a día de una persona, pues ello le dificulta respirar con normalidad.
Este tipo de problemas pueden ser de nacimiento, u ocasionados por algún accidente o lesión. En cualquier caso, la rinoplastia es una buena forma de solucionarlos.
Las razones principales que pueden llevar a una persona a optar por este tipo de procedimiento quirúrgico pueden ser: reconstrucción nasal tras una lesión, desviaciones de tabique nasal u otros defectos que dificulten la respiración normal, o problemas de ronquidos derivados de obstrucciones en la estructura de la nariz.
En este sentido, la cirugía nasal reparadora puede mejorar notablemente la cotidianidad del paciente, eliminando la incomodidad y la angustia que produce el hecho de no poder respirar con entera libertad.
Durante los primeros días después de la cirugía, cuando el rostro se encuentra aún hinchado y con una serie de hematomas, es fácil para cualquiera dejar de creer en que su aspecto volverá a ser el mismo, sin embargo, según las estadísticas emanadas de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética, los pacientes mejoran visiblemente en un período de una semana a quince días.
Pasado este lapso de tiempo, la mayoría de los intervenidos ni siquiera recuerda haberse sometido a la operación y, lo más importante, respiran mejor.