La rinoplastia es un tipo de cirugía estética muy comúnmente practicada y que busca mejorar la apariencia de la nariz. Se trata de una cirugía que aporta grandes beneficios físicos y psicológicos al paciente, sin embargo, como cualquier otra operación es sumamente importante tener en cuenta los beneficios y riesgos de la rinoplastia.
Y es que, cuando alguien piensa en esta operación estética, lo primero que le viene a la cabeza es el beneficio más inmediato: mejorar su imagen. Sin embargo, ello conlleva también otros aspectos que tienen impacto en la calidad de vida del paciente.
¿Qué debemos saber antes de operarnos la nariz?
Lo primero a tener en cuenta es valorar si se es un buen candidato para realizarse una rinoplastia.
Según los especialistas en el área, la respuesta a esta valoración nos la dan ciertas situaciones específicas: necesidad de mayor proporción en el rostro, secuelas físicas derivadas de algún accidente, o meramente estéticas.
El consejo es encontrar a los mejores profesionales. Normalmente, los nervios, la ansiedad y el estrés invaden al futuro intervenido antes de la operación, por lo cual es esencial sentirse seguros y en buenas manos, respaldados por la experiencia y el éxito.
Lo fundamental es, además, estar plenamente conscientes de las causas y de las consecuencias de tomar esta decisión de someterse a una rinoplastia, así como estar cien por ciento seguros de querer operarse la nariz.
Gracias a esta cirugía facial, los pacientes obtienen una gran cantidad de beneficios que se verán reflejados estéticamente, y otros no menos importantes que son de carácter psicológico, imperceptibles a primera vista.
Desafortunadamente, uno de los motivos principales que llevan a una persona a buscar ayuda en una rinoplastia son las secuelas de los accidentes automovilísticos.
Muchos pacientes se presentan a consulta con serias deformidades en sus rostros y el ánimo por el suelo.
Por lo tanto, en un intento por volver a reconocerse, todas estas víctimas de accidentes se decantan por la opción de la rinoplastia para intentar seguir adelante con sus vidas y pasar la trágica página que les llevó al quirófano.
A veces, mucha gente puede llegar a sentirse inconforme con el aspecto de su nariz que, en ocasiones, puede ser demasiado grande o irregular.
Si bien se trata de imperfecciones o marcas de nacimiento, en algunos casos le pueden reportar a la persona un complejo y bajar sensiblemente su autoestima.
Son muchos los pacientes que se han sentido inseguros al darse cuenta de que su rostro ya no es el mismo.
Por eso, con la rinoplastia se abre la posibilidad de eliminar estas imperfecciones y que dejen de ser un problema, ganar confianza y seguridad en sí mismos.
Riesgos mínimos
Así como en toda intervención quirúrgica, acá existen riesgos. Sin embargo, por fortuna, estos son mínimos y las complicaciones postoperatorias bastante infrecuentes.
Algunas de las consecuencias de tipo negativo después de la cirugía pudieran ser el riesgo de infecciones, sangrado, dificultad para respirar por la nariz con normalidad, reacción adversa a la anestesia, entumecimiento permanente dentro de la nariz o alrededor de ella, perforación del tabique, dolor, hinchazón o manchas, cicatrices, etc.
Prepararse para una rinoplastia
Previo a la preparación de la rinoplastia, es necesario que paciente y médico se reúnan para analizar la viabilidad o no de la intervención según sea el caso.
Determinar entre ambos si la cirugía puede funcionar bien.
En general, esta reunión debe tocar temas como la historia clínica del paciente, una adecuada valoración física, las respectivas fotografías del antes y el después de la operación, características faciales, etc.
Cada cirugía es única y se adapta a la anatomía y los objetivos específicos de la persona.