El panorama ideal siempre será hacerse solo una rinoplastia, es una máxima médica. No obstante dependiendo de los resultados, es posible requerir una cirugía complementaria.
En teoría, no hay un límite establecido acerca del número de operaciones a realizarse en la nariz, pero el cirujano debería explicar siempre que con cada intervención hecha en el mismo lugar, los resultados beneficiosos ya no pueden ser garantizados, debido a la fibrosis y la cicatrización producida con cada cirugía.
Resulta indispensable consultar al especialista antes de considerar la realización de una rinoplastia secundaria. Es el cirujano el que establecerá las limitaciones aparte de evaluar el riesgo o el beneficio.
También existen factores psicológicos que pueden determinar si afecta de forma negativa la percepción de un resultado beneficioso. Poseer expectativas irreales y demasiado elevadas, baja autoestima y las típicas presiones grupales y sociales originadas por amigos y familiares, son claros ejemplos de ello. En dichos casos siempre es preferible no realizarse la intervención.
Otro punto importante es que hasta el más delicado y prolijo trabajo quirúrgico puede ser afectado severamente por una cicatrización anormal, o fibrosis. Las cicatrizaciones exageradas arruinan cualquier éxito en una cirugía por bien hecha que esté, aunque no es usual que suceda.
Ningún médico o paciente cuenta naturalmente con la capacidad de controlar la manera de sanar. Por tanto, garantizar ciertos resultados en una rinoplastia primaria o secundaria resulta cuesta arriba porque depende del organismo de cada persona.
La recuperación requiere que el cirujano tenga mucha pericia y gran experiencia y un buen juicio. Del paciente solo se exige un poco de paciencia y cumplir con los cuidados post operatorios.
El espacio de tiempo entre el procedimiento inicial y el segundo es por lo general superior a 6 meses. Por supuesto, si se trata de pequeños retoques, es mucho menor el tiempo de espera.
Se pueden analizar los alcances de la rinoplastia secundaria en la consulta médica o pre-operatoria. Esta clase de evaluación necesita de mucha atención personalizada, puesto que se trata un detallado análisis médico que permite la realización de la estructura de un plan correctivo quirúrgico.
De tal manera, solo puede establecerse el resultado al final de la intervención pero nunca antes. Garantizar éxito al 100% en una rinoplastia secundaria es un error, sin embargo, será la opción de mejorar lo que motivará al paciente y también al médico, a tomar la alternativa de una reintervención.
La responsabilidad de la reparación del tejido la conforman las células llamadas fibroblastos y miofibroblastos. Estas se encargan de producir el colágeno que se necesita para la cicatrización. El colágeno actúa como un agente pegante, que ayuda a la sanación.
Cuando ese colágeno es depositado en exceso o de manera anormal, se torna peligroso y es a lo que se le llama “fibrosis”. A menudo esta es causante de irregularidades, asimetrías, desviaciones, exostosis, hundimientos, cayos, absorción, distorsión y desplazamiento de injertos, etc.
Pero afortunadamente las complicaciones en cirugía de nariz no resultan tan frecuentes, pero siempre existe un riesgo que por lo general es corregible.
Pero como se ha dicho, ningún resultado de rinoplastia secundaria puede ser garantizado. Lo que sí es posible asegurar es un buen cirujano, el cual siempre contará con los conocimientos y las herramientas necesarias para resolver estas situaciones.