Por motivos estéticos o funcionales la rinoplastia es una cirugía que ha ido en franco crecimiento; mujeres y hombres cada día se suman más a esta intervención a pesar de los posibles rumores de que puede ser dolorosa.
¿Existe alguna operación que al menos no cause una molestia? La cirugía de nariz presenta importantes avances que permiten obtener maravillosos resultados e incluso disminuir al mínimo las probabilidades de sentir algún dolor.
De entrada, es posible afirmar que la rinoplastia no duele, aunque suelen producirse ciertas molestias en los primeros días tras el procedimiento a causa de la inflamación. Además vienen acompañadas con la aparición de moretones, dificultad para respirar por la nariz, congestión nasal y adormecimiento de la zona.
Esta intervención quirúrgica ha dado lugar a diversos mitos, y uno de los que más ha durado en el tiempo es que resulta un procedimiento muy doloroso.
No debes olvidar que cada caso es individual, y exige una evaluación personalizada por un especialista.
Así que la respuesta correcta sería que dependiendo de cada caso, y en la mayor parte de los casos que suelen hacerse para correcciones estéticas, el procedimiento resulta un poco incómodo, aunque bastante soportable.
Se debe empezar con la definición de la misma para poder responder a esta pregunta. La rinoplastia es la intervención que se realiza para la modificación de la estructura de la nariz, con finalidad estética o funcional.
También puede dividirse de acuerdo a la forma de operar. Es decir si se realiza vía abierta, con una incisión externa, o si es vía cerrada, realizando incisiones internas nasales de las mucosas, en todo caso y en ambos, el dolor es similar.
Una vez empezada la intervención se debe definir si únicamente se van a rectificar los tejidos blandos, piel y cartílago, o si también habrá que modificar el tejido óseo, algo que sucede en la mayoría de los casos y que es donde el procedimiento probablemente resulte más doloroso para algunos pacientes.
Cuando se habla de la modificación de la estructura ósea nasal, se refiere a la ejecución de fracturas muy características que también afectan un poco el tejido celular que tenemos en la nariz. La inflamación que se genera es de lenta recuperación, pueden aparecer moretones, incomodidad e incluso dolor.
Por suerte los procesos quirúrgicos avanzan y eso incluye las técnicas que se utilizan, esto permite que los especialistas obtengan mejores resultados y afecten menos al paciente.
Todo esto junto a la combinación y administración de distintos fármacos en el curso de la operación y durante el periodo de recuperación, hace posible reducir el dolor de manera importante.
Ahora bien, siempre y antes de empezar la cirugía, se bloquea sensitivamente al paciente con anestesia local para reducir al mínimo el dolor y las incomodidades que puedan presentarse tras la cirugía.
Igualmente durante las primeras horas en las que el paciente permanece en las instalaciones del centro de salud, se le administra medicación analgésica intravenosa en caso de ser necesario.
Al dar el alta, se pauta la ingestión de analgésicos habituales para el control de cualquier molestia que pueda surgir mientras el paciente esté en casa.
Pregunta entre tus conocidos que ya se han hecho una rinoplastia si su proceso le causó algún tipo de molestia y por supuesto no olvides consultarle qué tan maravilloso se siente hoy día con su nueva nariz.