Sucede que, a veces, ni la vida saludable ni el ejercicio constante logran que una persona pueda obtener el cuerpo que sueña, para eso existe la lipoescultura. Es que sencillamente aunque el paciente no sufra de sobrepeso, hay partes del cuerpo más proclives a acumular grasa.
La explicación a este hecho es muy simple, pero no hay razón para solo resignarse. Si con esfuerzo es imposible mejorar estas zonas tan reacias, quizá sea el momento de recurrir a la medicina, que hoy en día pone al alcance soluciones para casi todo tipo de problemas.
A las preguntas: ¿existe alguna técnica que elimine esa grasa tan complicada? ¿Se puede obtener la forma ideal en piernas, abdomen y brazos?, la respuesta es afirmativa y se llama lipoescultura o liposucción.
La lipoescultura consiste en la extracción de la grasa que se acumula en algunas zonas del cuerpo. Dicha intervención quirúrgica se practica dentro de un quirófano y debe ser realizada por un médico certificado.
Las zonas donde se puede aplicar la liposucción son: abdomen, cintura, espalda, piernas y brazos.
En líneas generales, la intervención por lipoescultura o liposucción suele tener una duración de entre una y tres horas, aunque puede variar en función de la cantidad de grasa que sea necesario extraer, así como de la zona o zonas del cuerpo intervenidas.
Es esencial acudir a una consulta previa en la que se valora la salud general del paciente, sus objetivos, la cantidad de grasa localizada, así como otras cirugías complementarias que se desee hacer.
En cuanto a los resultados de una lipoescultura, hay que destacar que, siempre que se sigan los consejos de los médicos, se puede mantener la nueva silueta para siempre.
En el caso de las damas, estas notan las mejoras de inmediato, sin embargo, el contorno corporal definitivo se observa un tiempo después. En los hombres, los cambios aparecen a la vista a partir del segundo mes, momento cuando desaparece la inflamación.
En cualquier caso, mantener una correcta nutrición, vida sana y hacer deporte, son la clave para que los efectos de la cirugía perduren en el tiempo.
Esta intervención es bastante segura y básicamente seguirá los siguientes pasos:
Lo primero que realiza el profesional de la salud es aplicar anestesia regional más sedación, según el caso de cada paciente. El tipo de anestesia empleada depende de la cantidad de grasa a extraer, de la salud de la persona y su cuerpo.
Una vez administrada la anestesia, se realiza una pequeña incisión en el paciente para inyectar el suero disolvente de la grasa.
Luego se introduce una cánula o conducto para aspirar la grasa. Esta cánula se encuentra comunicada con una máquina o una jeringa especial que succionan.
Aunque siempre depende de las características particulares de cada paciente, para realizarse una lipoescultura o liposucción, en general, es necesario uno o dos días para el seguimiento de la recuperación.
La faja de compresión facilita la recuperación y el ajuste de la zona durante aproximadamente 30 días. Después, se usará por el día hasta que lo indique el especialista.
Es necesario añadir que la lipoescultura no es recomendable para personas con enfermedades autoinmunes, sistémicas o crónicas no controladas, tales como la diabetes, problemas de coagulación y obesidad.