La cirugía estética posee varios procedimientos tan llamativos como interesantes, entre ellos está la liposucción y transferencia de grasa, conocido como lipofilling, una técnica en la cual se absorbe grasa de una parte del cuerpo y se inserta en otra.
Se trata de un método con grandes ventajas debido a que la grasa subcutánea es un tejido blanco idóneo para usarse para aportar volumen y como material de relleno.
Liposucción: una técnica estética y reparadora
Al ser parte orgánica del mismo paciente no existe el riesgo de rechazo, es un tejido rico como factor de crecimiento, lo que favorece en el proceso de cicatrización, la formación de colágeno y es una fuente natural de células madre.
Debido a que se trata de reubicar grasa de un lado a otro, el lipofilling se aplica en áreas del cuerpo donde la presencia de tejido adiposo sea abundante como glúteos, pómulos, labios y en los senos.
Si bien se trata de una técnica muy utilizada en la cirugía estética para afianzar el busto o rellenar los labios y los glúteos, es un procedimiento que también posee un amplio campo de acción en áreas médicas muy importantes.
Entre sus muchos usos está la reparación de traumas graves por accidentes, defectos físicos de nacimiento, reconstrucción de áreas mal cicatrizadas, se utiliza como parte del tratamiento de lesiones dolorosas de los nervios y las lesiones causadas por radioterapias.
Como primer paso para realizar este procedimiento el cirujano debe de calcular el área total que necesitará ser rellenada con grasa y a partir de ahí decidir cuáles serán las zonas idóneas de donde extraer la grasa, generalmente si el área es muy grande se suele extraer del abdomen o de las caderas que son las zonas en donde más se acumula el tejido adiposo mediante el uso de cánulas.
Por el contrario, si la zona a retocar es muy pequeña, como por ejemplo los labios, el mentón o la nariz, su extracción es mucho más fácil y puede hacerse con simples jeringuillas.
Ya sea mediante cánulas o jeringuillas, la grasa extraída luego es filtrada para remover cualquier tejido adyacente o sangre, esto se hace con el objetivo de transferir el tejido adiposo de forma mucho más limpia y con un nivel de absorción mínimo.
Luego del proceso de filtrado se introduce nuevamente en el área asignada que se desea aumentar o remodelar con un mínimo de impacto.
El proceso preoperatorio y postoperatorio
Para que el paciente sea considerado un candidato apto a la liposucción por transferencia de grasa es necesario una evaluación general donde el cirujano buscará posibles patologías, las áreas en donde el paciente presente mayor cantidad de grasa y que se encuentre en un óptimo estado de salud.
Luego de esto se realiza una sesión de fotos para obtener imágenes que sirvan de comparación.
Antes y después de la operación es indispensable que el paciente se abstenga de ingerir bebidas alcohólicas, fumar y consumir ciertos fármacos que pueden alterar la microcirculación y que aumenta de manera significativa el riesgo de infección o de coagulación.
Antes del procedimiento es importante evitar la acumulación de microbios o bacterias, por lo que se recomienda el uso de jabones germicidas. También es importante mantener hidratada la piel para asegurar su elasticidad y así tenerla apta al momento de hacer la liposucción.
Al igual que en otros procedimientos de liposucción, es importante que el paciente se aplique de manera rigurosa una faja de compresión en el área operada para acelerar la cicatrización, evitar los hematomas y la inflamación.
Este procedimiento es muy efectivo y sus resultados suelen verse desde la tercera semana desde la operación.