Ciertamente la rinoplastia es una de las cirugías que más demanda tiene, pero a la vez una de las que más paciencia necesita, pues se trata de una intervención que altera directamente a uno de los puntos más delicados del rostro: la nariz.
La estructura nasal no se enfoca únicamente en el centro del rostro, sino que es una cavidad bastante profunda conectada con nervios, huesos y órganos y, todo tipo de manipulación en esta zona, irremediablemente causará inflamación en alguna medida.
Para disminuir los primeros signos del postoperatorio tales como la inflamación de la nariz o de la cara y también la obstrucción nasal o el dolor de cabeza, el especialista recetará analgésicos y otros medicamentos con la finalidad de disminuir el dolor y de esta forma aminorar las molestias.
Es normal que junto con la inflamación aparezcan hematomas en la zona de los ojos, que suelen ir disminuyendo al cabo de unos pocos días, por lo que no sería motivo adicional por el cual preocuparse.
Algunos pacientes pueden también presentar escasas hemorragias nasales y si suenan la nariz con fuerza es posible generar problemas mayores, así que se debe evitar hacerlo a fin de que los tejidos puedan cicatrizar correctamente.
Para cooperar con la desinflamación de la nariz después de realizada una rinoplastia, lo más conveniente es efectuar lo siguiente:
Los cuidados y precauciones para que la nariz se desinflame adecuadamente, cicatricen los tejidos y el resultado sea el que se espera, deben continuar en los días subsiguientes, especialmente considerar todas estas medidas:
No obstante, siempre se debe consultar con el especialista o cirujano sobre algún cuidado específico o extra para el tipo de rinoplastia que se haya realizado y evitar así algo más grave como la inflamación del tabique, de la punta de la nariz, o incluso la totalidad de la nariz.