Se suele recurrir a realizarse una rinoplastia con finalidad estética, o quizá por razones puramente funcionales, tales como una mala respiración o el tabique desviado. Pero, ¿Qué es una rinoplastia? Sencillo: se trata de una cirugía en la que la forma de la nariz es modificada.
Con la rinoplastia puede modificarse el hueso, la piel, el cartílago, o simplemente las tres cosas. Este tipo de intervenciones pueden hacerse de dos maneras: abierta o cerrada. Y ambas opciones tienen naturalmente sus ventajas e inconvenientes, dependiendo del tipo de cirugía y su finalidad.
En la rinoplastia abierta se realiza una incisión pequeña en la base de la nariz para poder levantar la piel; mientras que en la rinoplastia cerrada, el proceso quirúrgico se realiza desde dentro de la nariz a través de las fosas nasales, sin que el cirujano plástico posea una visión directa de la zona intervenida.
Pero es importante conocer un poco más ¿Qué diferencias principales hay entre una rinoplastia abierta y una cerrada?
Al realizar la rinoplastia abierta se opera la nariz a través de una pequeña incisión en lo que divide la nariz en dos vestíbulos nasales (o los orificios nasales) llamado columela. Esta operación es realizada bajo anestesia y deja una cicatriz muy sutil que se puede disimular con el paso del tiempo.
Esta técnica se utiliza básicamente para:
El beneficio de la cirugía abierta es su precisión y los resultados son más naturales debido a ésta.
En cambio, la rinoplastia endonasal, que es la que se conoce comúnmente como rinoplastia cerrada, no deja una cicatriz visible puesto que es realizada a través de las fosas nasales. En este sentido, sus ventajas son bastante claras:
Sin embargo, el cirujano tiene mucha menos visibilidad, por lo que la utilización de la técnica es para pequeños cambios estéticos.
¿Cuál es la más adecuada?
Si estás decidido/a a hacerte una rinoplastia pero no tienes una idea clara de cuál de las dos técnicas es mejor, debes tener en cuenta que cada caso es muy diferente, y por tanto la opinión del cirujano es fundamental.
Es muy sencillo decir que la principal ventaja de la rinoplastia cerrada es la inexistencia de la cicatriz externa, y que la intervención es más corta en comparación con la rinoplastia abierta.
Pero consultarlo con el cirujano es lo primordial. Él debe conocer bien las expectativas del paciente, de la misma forma que el paciente siempre debe estar muy bien informado sobre ambas opciones.
Será pues, el cirujano plástico quien responda después de realizar un previo estudio del paciente, analizando sus necesidades o riesgos. Una vez que se haya realizado dicho estudio el cirujano le explicará al paciente cómo se va a realizar la intervención y cuáles son las técnicas que utilizará.