La rinoplastia posee infinidad de beneficios. Muchas personas creen que las ventajas son meramente estéticas, lo cierto es que mediante este procedimiento quirúrgico, en el cual se modifica parte de la nariz o el tabique nasal, se logra abrir una gran ventana que conlleva mejoras para la salud física y mental.
En este tipo de cirugía, así como en otras operaciones, uno de los factores que contribuyen al éxito, es ser ejecutadas por especialistas experimentados y certificados.
Rinoplastia: ¿qué debes saber?
La mayoría de los otorrinolaringólogos y cirujanos plásticos del mundo coinciden en señalar que existen situaciones especiales en las cuales no solo es posible, sino necesario realizar una intervención de nariz.
Estos casos pueden ser, por ejemplo, si se necesita obtener un rostro más proporcionado, si existen rastros de un accidente, si se padece de apnea obstructiva del sueño (también llamada AOS, una patología que hace que la persona deje de respirar durante varios segundos mientras duerme), o alguna otra dificultad respiratoria.
Son muchos los beneficios para la salud y el bienestar individual que brinda una intervención quirúrgica de la nariz. Estas ventajas comprenden aspectos tanto físicos como psicológicos.
En realidad, una vez realizada la rinoplastia, el paciente notará resultados positivos casi inmediatos y visibles estéticamente hablando. A continuación, se presentan en detalle algunos de los más importantes y destacables.
Desafortunadamente, las secuelas y cicatrices sufridas por alguien en un accidente es uno de los motivos principales que llevan a la persona a tomar la decisión, junto a su médico de confianza, de operarse la nariz con una rinoplastia.
Por desgracia, estos pacientes llegan a consulta presentando múltiples deformidades en su rostro, que muchas veces resulta todo un reto para los médicos y especialistas en el área.
Todos ellos requieren con urgencia volver a reconocerse y así poder pasar la página de la tragedia vivida.
Algunas imperfecciones de nacimiento, pueden causar cierto tipo de complejos en las personas, e incluso, más grave aún, en muchos casos las puede imposibilitar para tener una vida social y laboral normal.
Son incontables los pacientes que han manifestado una mayor seguridad al percibirse de nuevo como antes. Ganan una mayor confianza, lo que les permite avanzar en la vida. Ello se traduce en una mayor suma de felicidad para la persona y su familia.
La apnea obstructiva nasal también es otra de las principales causas para realizar una rinoplastia, ya que es posible eliminar estas desviaciones del tabique (de nacimiento o provocadas), que son el origen de dicha dificultad para respirar.
A pesar de que el quirófano y el tiempo de recuperación pueden generar algo de temor en muchas personas, es importante valorar los beneficios que se obtendrán al volver a respirar como antes, así como acudir con los mejores profesionales.
Ya sea una operación por estética o por motivos médicos importantes, la rinoplastia es una de las intervenciones más solicitadas, y así lo confirma la SECPRE, Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética.
En cuanto a hombres y mujeres se refiere, en ellas el número de operaciones en general se triplica con respecto a los primeros, pues existen distintas opciones: liposucción, abdominoplastia y aumento de bustos, entre otros.
Sin embargo, a nivel porcentual, el 14 por ciento de los caballeros que se realiza una cirugía plástica elige la rinoplastia, mientras que, entre las damas, la cifra es de tan solo el 6 por ciento.
La rinoplastia es una cirugía realizada con anestesia general en la que se modifica la forma de la nariz, muchas veces para tratar problemas respiratorios. Algunos pequeños cambios en su estructura, casi siempre milimétricos, pueden ser la gran diferencia en su futura apariencia.
Este tipo de cirugía nasal resuelve problemas estéticos y funcionales, ya sean congénitos o traumáticos. Se trata de una de las operaciones estéticas más solicitadas en el mundo, y son muchos los centros que disponen de la más alta tecnología para eliminar posibles desvíos del tabique, logrando resultados satisfactorios para médico y paciente.
La operación tiene una duración promedio de 2 horas que no requiere de hospitalización, y cuyo postoperatorio es bastante sencillo de seguir.
No obstante, la cirugía meramente estética no corrige por sí sola la función respiratoria que pueda encontrarse afectada. De hecho, es pertinente una evaluación adecuada que determine el tipo de correctivo que requiera la afección.
Existe la septoplastia, un tipo de procedimiento que corrige el tabique central con el cual se tratan los cornetes, que son las estructuras encargadas de calentar, filtrar y humedecer el aire que se respira.
Muchas personas con problemas respiratorios como la apnea obstructiva del sueño, entre otros, optan por someterse a una rinoplastia.
A veces resulta difícil tomar la decisión, por el temor a los riesgos de un procedimiento quirúrgico. Sin embargo, los beneficios son incontables.
No solo desde el punto de vista estético. Existen este tipo de trastornos respiratorios antes mencionados, que son generados por la mala posición de las fosas nasales.
Los resultados de una rinoplastia suelen ser muy positivos para este tipo de pacientes, ya que brindan a la persona un mejor y mayor nivel de salud, así como calidad de vida.
La nariz es el órgano encargado del olfato y la entrada principal al sistema respiratorio. Por lo tanto, si existe una deformidad en su estructura, puede resultar muy molesta para el día a día de una persona, pues ello le dificulta respirar con normalidad.
Este tipo de problemas pueden ser de nacimiento, u ocasionados por algún accidente o lesión. En cualquier caso, la rinoplastia es una buena forma de solucionarlos.
Las razones principales que pueden llevar a una persona a optar por este tipo de procedimiento quirúrgico pueden ser: reconstrucción nasal tras una lesión, desviaciones de tabique nasal u otros defectos que dificulten la respiración normal, o problemas de ronquidos derivados de obstrucciones en la estructura de la nariz.
En este sentido, la cirugía nasal reparadora puede mejorar notablemente la cotidianidad del paciente, eliminando la incomodidad y la angustia que produce el hecho de no poder respirar con entera libertad.
Resultados satisfactorios
Durante los primeros días después de la cirugía, cuando el rostro se encuentra aún hinchado y con una serie de hematomas, es fácil para cualquiera dejar de creer en que su aspecto volverá a ser el mismo, sin embargo, según las estadísticas emanadas de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética, los pacientes mejoran visiblemente en un período de una semana a quince días.
Pasado este lapso de tiempo, la mayoría de los intervenidos ni siquiera recuerda haberse sometido a la operación y, lo más importante, respiran mejor.
Existen diversos tipos de intervenciones quirúrgicas nasales para mejorarlo, claramente diferenciadas entre sí y que fácilmente se confunden, como pueden ser la rinoplastia y la septoplastia.
Cada uno de estos procedimientos, con características específicas, ofrecen a los pacientes, beneficios que les permitirán mejorar la calidad de vida y sus condiciones físicas.
La primera diferencia fundamental que se puede mencionar entre la septoplastia y rinoplastia, es que, esta última es de carácter meramente estético, mientras que la primera transforma la funcionalidad de la nariz.
Entonces, la septoplastia modifica la nariz por dentro y por fuera. En el caso de la rinoplastia no se interviene el tabique, mientras que en la rinoseptoplastia sí se toca.
A continuación se explica en profundidad:
La nariz es el epicentro de la estética facial, debido a su ubicación en medio del rostro. Su operación, también denominada rinoplastia, tiene como objetivo esencial la modificación de la forma, tamaño y aspecto del órgano nasal con tal de que el rostro adquiera una mayor armonía.
Existen dos formas de practicar la rinoplastia en pacientes: la abierta y la cerrada.
En el caso de abierta, se hace una incisión en el centro de la nariz. De esta forma, se logra el acceso a los huesos y cartílagos.
Se trata de una técnica muy utilizada en los casos más complejos, por ejemplo, cuando hay que realizar grandes cambios en el conducto nasal de la persona.
Si se trata de una cirugía cerrada, no se hacen incisiones a nivel exterior de la nariz. El médico cirujano accede al interior, esta vez, por las fosas nasales. Lo mejor es que no genera cicatrices visibles. Esta técnica, por lo demás, se realiza en los casos más sencillos de tratar.
Su recuperación es bastante rápida. Sin embargo, se trata de una técnica muy distinta a la septoplastia y a la práctica que disminuye la hipertrofia de cornetes, cuya intención es que el paciente logre respirar con naturalidad.
La hipertrofia de cornetes es una afección que produce una gran dificultad respiratoria en una fosa nasal o en la dos, incluso llegando a alternarse entre ambas. Ello es el origen principal de la conocida rinitis.
Es un tipo de cirugía otorrino capaz de reparar cualquier problema que se presente en el tabique nasal, como, por ejemplo, que se encuentre desviado o deformado, causa principal de que la persona no pueda respirar adecuadamente por la nariz y deba hacerlo por la boca.
La septoplastia es un procedimiento quirúrgico que se practica a través de las fosas nasales, no deja cicatrices, hematomas o hinchazón visibles. En general, esta cirugía no genera cambios en el aspecto nasal del paciente.
En resumen, la septoplastia y rinoplastia son de las operaciones más comunes dirigidas a sanar los problemas nasales. Estas intervenciones permiten mejorar, no solo la estética, sino la situación de la nariz.
La decisión de realizar una cirugía abierta o cerrada depende, fundamentalmente, del grado de afección y la particularidad de cada caso. Además, es de vital importancia contar con la opinión de los mejores médicos especialistas en el área de la cirugía plástica y de la otorrinolaringología.
La salud puede verse seriamente comprometida si una de estas dos operaciones no sale bien.
Según datos emanados de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética, dentro de las intervenciones faciales, la cirugía nasal representa entre un 40 y un 50 por ciento del total de estos procedimientos. Le siguen, en orden descendente, el lifting facial, la operación de mentón y la de mandíbula.
Como es bien sabido, son muchos los beneficios estéticos y funcionales de la rinoplastia o también conocida como cirugía de la nariz.
Cada vez son más las personas que acuden a ella para corregir aquellos problemas que les afectan.
Ya sea de índole traumática o congénita, su objetivo puede ser totalmente funcional, en el que se corrige aquellos desvíos del tabique nasal que terminan por afectar la respiración normal por la nariz o estético, el cual se basa en dar una mayor armonía al rostro.
La rinoplastia consiste en un tipo de cirugía mayor que se lleva a cabo de forma ambulatoria, según la OMS (Organización Mundial para la Salud) esta suele modificar el tamaño, las proporciones o formas de la nariz, cambiando su aspecto, para lograr un mejor equilibrio que beneficie el conjunto facial, representa una de las operaciones con mayor demanda en la cirugía plástica o reconstructiva.
El proceso, por lo general, tiene una duración de 1 o 2 horas aproximadamente, no siendo necesaria la permanencia del paciente en el área de hospitalización del lugar en el cual es intervenido.
Dentro de los beneficios estéticos y funcionales de este tipo de cirugía, vale la pena resaltar:
En manos de expertos y grandes profesionales, la rinoplastia es considerada una cirugía bastante práctica y sencilla.
Sin embargo, no es una cirugía que deba realizarse todo el mundo, por ello vale la pena, considerar algunos aspectos con anterioridad:
Recomendaciones generales
Todo tipo de cirugía puede tener algún tipo de riesgo, aunque en este caso los mismos son menores, no está demás siempre tener precaución y prepararse para una cirugía de éxito.
En todo momento se debe buscar a los mejores expertos en el tema, así se podrá tener garantía de que se está en excelentes manos y los resultados serán los deseados.
Verse y sentirse bien no tiene precio, seguir las recomendaciones no está de más, si existe algo que pudiese interferir de manera negativa en la decisión de someterse a una cirugía, lo mejor será primero darle una solución y luego retomar, de esta forma al llegar al quirófano se podrá disponer de toda la salud tanto física como mental que la situación amerita.
Ciertamente es una de las cirugías más solicitadas, sin embargo existe una gran duda propagada entre las mujeres y hombres de todo el mundo: ¿es la rinoplastia una cirugía dolorosa?
Es una cirugía sencilla que, al igual que cualquier otra debe tener los cuidados necesarios, para realizar el proceso y tener una recuperación adecuada. Lo mejor es tener claros todos los detalles.
Todo dependerá siempre de cada caso, y aunque sí puede generar muchas molestias, no se trata de una situación totalmente intolerable.
Es normal que toda operación produzca un poco de ansiedad, sobre todo al considerarse que puede existir dolor durante el proceso, sin embargo, en todo caso, la sedación que se coloca hará que el mismo sea más llevadero.
De igual forma, una vez que se realiza la intervención se generarán molestias que, tratadas siguiendo todas las recomendaciones, con el pasar de los días irán tomando la normalidad.
Por esta razón, el saber si es o no dolorosa, no debe ser motivo para desistir, sí existen síntomas o problemas suficientes para someterse a esta cirugía, la misma debe realizarse con toda confianza.
Cuando se realiza la cirugía de nariz para corrección, se debe definir si solo se tocarán los tejidos blandos, piel y cartílago o si hay necesidad de corregir el tejido óseo que, por lo general, es necesario.
Es en este caso que el procedimiento puede tornarse más doloroso, según cada paciente.
Cuando se requiere hacer una modificación de la estructura ósea nasal, se realiza por fracturas específicas que han sido previamente estudiadas y planificadas.
Esta acción sobre los huesos, sumado al poco tejido celular subcutáneo ubicado en la nariz, así como la inflamación que se genera posteriormente y la recuperación progresiva, es lo que hace que se sienta mayor incomodidad y dolor.
Para asistir a la cirugía dentro de los parámetros correctos, se deben considerar ciertas recomendaciones generales, de acuerdo a lo establecido por la OMS, entre ellas destacan:
Realizada la cirugía se recomienda consumir mucho líquido y electrolitos, ello ayudará a tratar la inflamación.
También se deben consumir ciertos analgésicos recetados por el profesional para aliviar las molestias, hasta que el proceso de recuperación esté totalmente completado.
Por otra parte, guardar reposo es fundamental, en toda cirugía el descanso permite que el cuerpo pueda sobreponerse de forma más rápida.
Cada caso es muy particular, por eso cada proceso es diferente, el paciente según sea su situación debe seguir siempre las orientaciones del especialista para que se pueda cumplir el objetivo de la rinoplastia de manera exitosa.
Consultar con el experto, ante cualquier duda o eventualidad es de vital importancia, de ahí que el proceso se llevará a cabo con transparencia y en la línea que el tipo de cirugía amerita.
No existe la posibilidad de que los expertos lleven a cabo una intervención con la finalidad de lograr conceder al paciente la nariz de otra persona, sin embargo es mucho lo que se puede corregir mediante la rinoplastia y los resultados siempre han de ser naturales.
La rinoplastia tiene como punto de partida la base de la estructura osteocartilaginosa y el grosor que caracteriza la piel nasal de cada paciente, por lo que, cada resultado será 100% individual.
Esta cirugía se lleva a cabo con la finalidad de corregir y modelar la nariz, ya sea por un tema de estética o funcional, es decir, relacionado a la salud.
Las personas que se someten a una rinoplastia desean en su mayoría:
Toda cirugía por muy sencilla que parezca, debe tener sus cuidados, por ello, cuando se considera someterse a una es necesario seguir líneas y recomendaciones oportunas que permitan que la misma sea de manera exitosa.
Buscar a un buen especialista es el primer paso, alguien que sea experto en la materia y que pueda garantizar los mejores resultados para el paciente.
Contarle con detalles cómo se siente y lo que desea lograr a través de la cirugía es fundamental, de esta forma se podrá ampliar el panorama y visión para llevar adelante el proceso quirúrgico, en función de su requerimiento.
Una vez en manos del experto, es necesario seguir todas las orientaciones que el mismo indique, para estar en forma tanto física como mentalmente. De esta manera se tendrá garantía de una cirugía dentro de los parámetros correctos en pro de los resultados esperados.
Las primeras 24 horas, una vez que la cirugía se ha llevado a cabo, es posible que la cara se sienta algo inflamada, aunado a dolor de cabeza y molestias en la nariz, que, de acuerdo al analgésico indicado las mismas pueden ser llevaderas hasta el momento de la recuperación.
Ese primer día, generalmente se debe guardar reposo en cama, los siguientes dos o tres días la hinchazón de la cara se incrementará un poco, sin embargo, con el uso de compresas frías, se puede sentir mejoría hasta que la misma comience, por sí sola, a ceder.
Pasadas dos o tres semanas toda la inflamación, así como los hematomas comenzarán de desaparecer, este proceso de recuperación podría tardar hasta un mes.
Normalmente, durante los primeros días pudiera observarse un poco de sangrado por la nariz, hay que ser muy cuidadoso y no sonarse con fuerza, ya que debe darse el tiempo necesario para que los tejidos cicatricen.
Recomendaciones generales
Según la OMS toda cirugía requiere una preparación previa y esta no es la excepción.
Con anticipación se debe trabajar para que el estado de salud sea totalmente óptimo, ya que luego de la cirugía la buena condición del paciente, será fundamental para una rápida recuperación.
Una buena apariencia del rostro depende de múltiples elementos cuyo epicentro es la nariz. Si esta es desproporcionada o con marcadas imperfecciones, puede tener un fuerte impacto en la imagen de la persona. Es por ello que, cada vez son más los pacientes en Perú que se someten a la cirugía nasal conocida como rinoplastia, la cirugía estética por excelencia.
Quizás no todas las personas poseen los medios económicos suficientes para realizarla con los mejores profesionales ni en las instalaciones más adecuadas, y buscan lo más barato. Ello trae como consecuencia una serie de riesgos graves para la salud del paciente, inconformidad y, muchas veces tienen que volver a practicarse la intervención generando un gasto doble: lo barato, sale caro.
Para todos aquellos que se encuentran en Perú y están pensando en someterse a esta operación de nariz que es la rinoplastia, pero que no tienen muy claro de qué se trata dicha intervención, a continuación, se despejan algunas dudas sobre el tema.
Para iniciar es importante indicar que la rinoplastia es una cirugía cuyo objetivo esencial es mejorar la forma y el tamaño de la nariz, dependiendo de las virtudes faciales del paciente.
Pero, además, este tipo de cirugía estética es sumamente requerida para aliviar problemas respiratorios y desviaciones ocasionadas por golpes contundentes, problemas de orden genético o accidentes.
En principio, se debe considerar que el costo de una cirugía estética de nariz dependerá de cada caso en específico, el nivel de experiencia del Cirujano Plástico, así como de las comodidades adicionales que el paciente exija a la Clínica Estética.
Ya sea que se quiera corregir defectos o lesiones congénitos, tabique desviado, la punta ancha o gruesa de la nariz, no se debe olvidar elegir a un cirujano plástico certificado y con experiencia en rinoplastia, con casos exitosos comprobados, certificaciones en la Sociedad Peruana de Cirugía Plástica, International Society of Aesthetic Plastic Surgery, entre otros.
El procedimiento utilizado para practicar esta cirugía estética facial se realiza en función de la complejidad de cada caso, los resultados de los análisis, el tipo de rinoplastia (si es abierta o cerrada), así como los requerimientos del paciente y recomendaciones del especialista.
Se trata, por lo tanto, de una intervención bastante delicada que requiere de los mejores elementos médicos y humanos, además de que debe ser llevada a cabo en un sitio idóneo y con la asepsia adecuada.
Por otro lado, el cirujano plástico debe asegurarse totalmente de si la persona es proclive o no a realizarse una rinoplastia. Para ello, debe evaluar bien los resultados de varios exámenes antes de emitir su veredicto final: pruebas sanguíneas, electrocardiograma, índice de riesgo quirúrgico, etc.
Este tipo de intervenciones quirúrgicas es una de las más solicitadas en Perú. Sin embargo, aunque en el mayor promedio de casos se logran resultados positivos, no es menos cierta la existencia de un número considerable por negligencias médicas y problemas para los pacientes, que viene aumentando en los últimos tiempos.
Al hablar de mala praxis o negligencia médica por operación de nariz, lo primero a destacar es que, muchas personas acuden al médico para corregir con métodos de cirugías, no solo problemas de salud, sino también otra serie de imperfecciones en su aspecto físico por sentir inconformidad.
Algunos de los errores más frecuentes en la operación de rinoplastia, son las posibles alteraciones en el dorso de la nariz, desviaciones e irregularidades en las alas nasales.
Como en todo procedimiento quirúrgico, es importante seleccionar al mejor especialista y considerar que la salud no es asunto de bajar costos, la meta es alcanzar los mejores resultados y llevar al máximo nuestra condición física.
La rinoplastia es un tipo de cirugía estética muy comúnmente practicada y que busca mejorar la apariencia de la nariz. Se trata de una cirugía que aporta grandes beneficios físicos y psicológicos al paciente, sin embargo, como cualquier otra operación es sumamente importante tener en cuenta los riesgos y desventajas.
Y es que, cuando alguien piensa en esta operación estética, lo primero que le viene a la cabeza es el beneficio más inmediato: mejorar su imagen. Sin embargo, ello conlleva también otros aspectos que tienen impacto en la calidad de vida del paciente.
Lo primero a tener en cuenta es valorar si se es un buen candidato para realizarse una rinoplastia. Según los especialistas en el área, la respuesta a esta valoración nos la dan ciertas situaciones específicas: necesidad de mayor proporción en el rostro, secuelas físicas derivadas de algún accidente, o meramente estéticas.
El consejo es encontrar a los mejores profesionales. Normalmente, los nervios, la ansiedad y el estrés invaden al futuro intervenido antes de la operación, por lo cual es esencial sentirse seguros y en buenas manos, respaldados por la experiencia y el éxito.
Lo fundamental es, además, estar plenamente conscientes de las causas y de las consecuencias de tomar esta decisión de someterse a una rinoplastia, así como estar cien por ciento seguros de querer operarse la nariz.
Gracias a esta cirugía facial, los pacientes obtienen una gran cantidad de beneficios que se verán reflejados estéticamente, y otros no menos importantes que son de carácter psicológico, imperceptibles a primera vista.
Desafortunadamente, uno de los motivos principales que llevan a una persona a buscar ayuda en una rinoplastia son las secuelas de los accidentes automovilísticos. Muchos pacientes se presentan a consulta con serias deformidades en sus rostros y el ánimo por el suelo.
Por lo tanto, en un intento por volver a reconocerse, todas estas víctimas de accidentes se decantan por la opción de la rinoplastia para intentar seguir adelante con sus vidas y pasar la trágica página que les llevó al quirófano.
A veces, mucha gente puede llegar a sentirse inconforme con el aspecto de su nariz que, en ocasiones, puede ser demasiado grande o irregular. Si bien se trata de imperfecciones o marcas de nacimiento, en algunos casos le pueden reportar a la persona un complejo y bajar sensiblemente su autoestima.
Son muchos los pacientes que se han sentido inseguros al darse cuenta de que su rostro ya no es el mismo. Por eso, con la rinoplastia se abre la posibilidad de eliminar estas imperfecciones y que dejen de ser un problema, ganar confianza y seguridad en sí mismos.
Así como en toda intervención quirúrgica, acá existen riesgos. Sin embargo, por fortuna, estos son mínimos y las complicaciones postoperatorias bastante infrecuentes.
Algunas de las consecuencias de tipo negativo después de la cirugía pudieran ser el riesgo de infecciones, sangrado, dificultad para respirar por la nariz con normalidad, reacción adversa a la anestesia, entumecimiento permanente dentro de la nariz o alrededor de ella, perforación del tabique, dolor, hinchazón o manchas, cicatrices, etc.
Previo a la preparación de la rinoplastia, es necesario que paciente y médico se reúnan para analizar la viabilidad o no de la intervención según sea el caso. Determinar entre ambos si la cirugía puede funcionar bien.
En general, esta reunión debe tocar temas como la historia clínica del paciente, una adecuada valoración física, las respectivas fotografías del antes y el después de la operación, características faciales, etc. Cada cirugía es única y se adapta a la anatomía y los objetivos específicos de la persona.
Dentro del vasto universo de las operaciones de tipo estético destaca, por sobre todas, la rinoplastia funcional y la rinoplastia estética, son de las intervenciones más buscadas por los pacientes que se ven motivados a solicitar ayuda profesional por distintas razones.
A pesar de que la rinoplastia estética y la funcional no sean lo mismo, sí que se encuentran estrechamente asociadas, son seguras y ofrecen resultados satisfactorios a sus pacientes.
En el caso de la rinoplastia meramente estética, no se suelen hacer grandes modificaciones en el tabique o en los cornetes nasales, principales estructuras afectadas cuando existen problemas respiratorios.
Sin embargo, si la intervención se hace de manera desprolija e incorrecta, puede traer como consecuencia la afectación de la función respiratoria nasal, debido al colapso o estrechamiento de zonas internas de la nariz que dificultan el paso de aire.
En cambio, en el caso de desviaciones complejas del tabique nasal, se requerirá practicar una rinoplastia puramente funcional, con tal de poder corregir satisfactoriamente un problema respiratorio determinado, alterando muy poco o nada el aspecto externo de la nariz.
Cuando hablamos de una cirugía de tabique nasal nos referimos al término septoplastia. En este tipo de intervención el especialista otorrino accede al tabique desde la parte inferior, por dentro de la nariz, dejando intacta la inserción superior del tabique.
En caso de que exista alguna alteración mayor del tabique nasal, es posible realizar lo que se denomina una rinoseptoplastia funcional. La misma consiste en un procedimiento a través del cual se levanta la piel y los tejidos blandos que recubren la nariz para llegar a la parte alta del tabique. Con ello se logra corregir por completo cualquier problema funcional complejo.
Es decir, a una persona a la que se le practica una rinoplastia porque no respira bien, se dice que se le está realizando una rinoplastia funcional. Por otro lado, y en vista de que, probablemente, la persona tiene un componente septal importante, sería más acertado hablar de septorrinoplastia o rinoseptoplastia, aunque ello no signifique que ambas sean técnicas distintas.
Como todos sabemos, los problemas de tipo respiratorio son unos de los que más afectan a los pacientes y a su calidad de vida. Muchos presentan síntomas de cansancio e incomodidad, así como dificultad para conciliar el sueño por las noches, eso sin contar con los problemas de concentración que de ello también se derivan.
Es entonces, ¿cuando se hace necesaria una rinoplastia funcional?, ya que este tipo de cirugía es capaz de rehabilitar adecuadamente la función respiratoria y, en consecuencia, mejorar sensiblemente el diario vivir de los pacientes.
Correcciones estéticas
Tanto en la rinoplastia funcional como en la estética el abordaje es el mismo. Por lo tanto, el médico cirujano tratante debe estar familiarizado con ambas y ser capaz de lograr mejorar sustancialmente la respiración y el aspecto estético de la nariz del paciente en una sola cirugía.
Si bien no es posible realizar una rinoplastia estética sin tener en cuenta la función, puesto que existe el riesgo de causar una insuficiencia respiratoria nasal, del mismo modo, no se debe empeorar la estética por realizar la operación con una finalidad funcional.
Finalmente, en líneas generales, podemos concluir que, al menos a nivel técnico, no existen mayores diferencias, o no debería haberlas, entre el procedimiento de la rinoplastia funcional y el de la rinoplastia estética. En los dos casos, el especialista busca corregir problemas y garantizar mejoras a la salud de la persona que opta por esta operación.
La realización de una rinoplastia es el objetivo de muchas personas que desean mejorar su aspecto, un cambio significativo en la nariz permite una mejor definición del contorno facial. Es normal que muchos hombres y mujeres deseen experimentar con esta cirugía desde temprana edad, a pesar de que los cambios sean permanentes y el procedimiento requiera el uso de anestesia.
Dar el gran paso y aventurarse a mejorar las proporciones de la nariz pasa primero por un buen número de consideraciones. Y una de las preguntas más frecuentes tiene que ver con la edad mínima permitida para realizar el procedimiento.
Muchas personas creen que sólo pueden someterse a una cirugía como esta después de los 18 años, y la verdad es que el límite puede ser mucho más flexible.
Sin embargo, existe una realidad que no puede ser obviada por los expertos ni por el paciente. Tiene que ver con el desarrollo de la estructura ósea, pues para que el trabajo estético sea funcional se requiere madurez física. Lo ideal es consultar a un experto para que evalúe las características físicas del interesado y recibir una aprobación.
Algunos pueden optar por tratamientos inadecuados para la edad que poseen, ejecutados por practicantes sin certificación, ocasionando inevitablemente un daño severo al rostro que podría tener consecuencias a largo plazo.
Por lo general, un doctor competente acepta pacientes de 16 años en adelante, que es un momento apropiado para alterar las proporciones faciales.
Como dato curioso, la rinoplastia es una de las intervenciones quirúrgicas más solicitadas por los adolescentes, pero tiene como limitante el factor óseo. En caso de que el solicitante sea de género femenino, puede recibir aprobación desde los 15 años, según sea el caso.
Si se trata de un hombre, el desarrollo podría tardar un poco más, postergando así el momento de la intervención.
Siempre hay situaciones excepcionales que podrían generar una rinoplastia a corta edad, un ejemplo perfecto podría ser una malformación en la nariz, o un problema genético que impide al paciente respirar con normalidad.
En tal caso, el médico tratante debe realizar un informe que especifique el padecimiento, solicitando la opinión de un cirujano plástico, quien se encargaría de realizar la rinoplastia.
En este caso, se trataría de un trabajo estético, pero con intención de mejorar la calidad de vida de la persona, a pesar de los beneficios físicos que podría conllevar. Por lo general, las correcciones se aplican en la joroba, punta, fosas y ángulo de la nariz, detalles que ocasionan torcimientos, dolor, irritación, alergias o acumulación de fluidos.
Cuando se hace una cirugía de este tipo a un paciente muy joven, debe existir un completo acuerdo entre el experto y el interesado acerca de las expectativas físicas.
No obstante, es importante además asegurar la funcionalidad de la nariz, no hay que olvidar que se trata de un órgano importante, del que depende el sentido del olfato.
Si la edad del paciente es muy corta, debido a las razones médicas ya mencionadas, la cirugía consistirá en un proceso conservador, que se limita a propiciar un espacio adecuado para una correcta respiración.
La idea, en todo caso, es evitar alterar el centro de crecimiento de la nariz, ya que durante el desarrollo el rostro sigue cambiando.
Cuando se habla de rinoplastia, muchos dan por hecho que se trata de una intervención única que se realiza para mejorar el aspecto de la nariz. Y en muchas ocasiones sucede de tal forma, pero también hay casos que, por diversas circunstancias, requieren de otro procedimiento.
Las causas de una rinoplastia secundaria suelen ser variadas, desde una mala ejecución hasta una complicación médica, lo cierto es que en estas situaciones un experto se encarga de cumplir las expectativas estéticas del paciente.
Cuando reincides en la cirugía, puede que la situación clínica que presentes sea un poco más compleja, bien sea por un anterior trabajo que no cumplió las expectativas o que causó desfiguración.
Una cosa es lo que desea el paciente en su segunda intervención, y otra, la verdadera necesidad y objetivo que tenga el trabajo a través del diagnóstico y la observación que brinde el médico tratante.
Durante la consulta se observan muchos detalles que ayudan a trabajar la zona con mayor eficiencia, como el tipo de piel, las cicatrices que quedaron y la funcionalidad que mantenga en la actualidad la nariz.
Ningún paciente que se haya sometido a una rinoplastia anteriormente posee las mismas características a uno que lo esté intentando por primera vez. Por tal motivo, es importante contar con una asesoría correcta, de mano de un especialista. Con un segundo trabajo no solo es factible pulir la apariencia, también pueden disminuir las alergias y propiciar una respiración sana.
En una primera cirugía pueden ocurrir diversos inconvenientes, que van evidenciándose a medida que pase el tiempo. Una de las más comunes es el debilitamiento del soporte que tiene la nariz, propiciando que la punta y orificios nasales luzcan caídos, Además, es factible desarrollar traumatismos, que evitan fluidez a la hora de respirar.
Sin embargo, lo más usual al asistir a las segundas consultas es para modificar nuevamente la forma que tiene la nariz. Es el médico el que determinará si es realmente necesario mejorar el área con otra intervención, y de limitar el tiempo que haya entre ambos trabajos. El organismo deberá regenerarse correctamente para no causar más defectos.
Muchos pacientes recurren al cirujano para mejorar la desigualdad de las fosas nasales, es un detalle menor que no permite lucir una nariz recta y simétrica. Otra condición típica recae en el estiramiento exagerado de la punta de la nariz, porque no luces nada natural.
Resulta obvia la mejora estética a través del procedimiento quirúrgico, y si no se mejora, con el tiempo irán surgiendo asimetrías y cicatrices difíciles de disimular.
Hacer una reconstrucción de la nariz supone siempre un reto para el cirujano, porque a veces es necesario lidiar con los defectos naturales de la nariz, y de los errores cometidos durante la primera operación.
No hay que olvidar tampoco que la nariz es un área en la que es muy difícil camuflar las imperfecciones, esto se debe a que se encuentra en la parte central de la cara, cualquier error se hace notable con el movimiento de la boca o en la realización de expresiones faciales.
El resultado final debe coincidir con la estructura facial del paciente, el diseño que se pactó en la consulta y la mejora que se logró en el primer intento. Por ese motivo, rara vez un paciente acude al primer cirujano a la hora de realizar otra intervención. Con el tiempo, se determinará si solo se requiere un retoque o una reconstrucción a través de injertos para mejorar el volumen.